Mar, 12/05/2020 - 21:28

Modelo pedagógico etnoeducativo emancipador “Champalanca pedagógica”

Una docente de la Asociación de Consejos Comunitarios y Organizaciones del Bajo Atrato (ASCOBA)

¿Quiénes somos?

Asociación de Concejos Comunitarios y Organizaciones del Bajo Atrato (ASCOBA)

Características: ASCOBA está integrada por 13 concejos comunitarios mayores que representan a 58 concejos comunitarios menores o locales del Bajo Atrato, además de 7 organizaciones de base de la zona.

Municipios: Carmen del Darién y Riosucio, Chocó

Líder(es) de la experiencia:

  • Elba Rocío Sánchez, Sixta Vega Córdoba, Rosa Elena Quejada, Juan Rufino Blandón, Geovanny Moreno, Leonard Romaña, Pedro José Palomeque, Raumid Mosquera, Nilton Paz, Omaira Quiroz, docentes
  • Numidia Córdoba y Paula Camila Córdoba, madres de familia
  • Leopoldo García, Salomón Cuesta, Benjamín Palacios, Nemesio Cuesta, Antonio Beltrán, Celsa Dávila, Ricardo Allín, Sabedores, maestros tradicionales culturales, adultos mayores y otros miembros de las comunidades

Reconocimiento: En el Foro Educativo Nacional 2018 “Educación Rural. Nuestro Desafío por la Excelencia”

Palabras claves: Proyecto educativo comunitario, etnoeducación, identidad cultural, educación rural, currículo.

¿Qué hacemos?

Según la metáfora de la champa y la palanca, “Champalanca pedagógica” significa que nos hemos embarcado en una “travesía pedagógica” para la formación de conciencia étnica, lo cual requiere energía, decisión y constancia para echarla a andar y hacer que se mantenga a flote.

En esta travesía, buscamos fortalecer la educación propia mediante el rescate de los usos y costumbres ancestrales, sin descontextualizar a los estudiantes del mundo globalizado y cambiante que transitan. Buscamos que las personas afrocolombianas y, en especial, nuestros estudiantes no se avergüencen de quienes son, sino que conozcan y valoren de donde vienen y proyecten con acierto el futuro propio y el de sus comunidades.

Pensamos que la función de la escuela no solo tiene que ver con la dimensión cognitiva en la que prima el conocimiento científico y tecnológico, y en la que se impulsa el desarrollo de habilidades para lo laboral; la escuela también es un espacio para la formación humana y para el arraigo en nuestra propia cultura, a partir del reconocimiento, valoración y promoción de nuestra historia.
En este proceso participan cerca de 13.500 personas, habitantes del Bajo Atrato en los Municipios de Carmen del Darién y Riosucio. Ellos y ellas, estudiantes, padres y madres de familia, sabedores, maestros tradicionales culturales, adultos mayores y otros miembros de las comunidades. Allí, el 60% son afrodescendientes, el 25% mestizos y el 15 % indígenas de los pueblos emberá chamí y emberá katío.

¿Cómo lo hacemos?

Las estrategias más relevantes que articulan el proceso de la Champalanca Pedagógica son:

La Comisión Etnoeducativa Comunitaria (CETCO) que se reúne periódicamente para analizar los avances, fortalezas, debilidades y emprender acciones de mejoramiento.

La resignificación permanente del Proyecto Educativo Comunitario (PEC) y del plan de estudios. Este último se organiza a través de los siguientes núcleos problemáticos: A) Cosmovisión y espiritualidad; B) Etnodesarrollo y producción; C) Identidad, sociedad y naturaleza; D) Comunicación y lenguaje; E) Mundo artístico- estético y; F) Mundo matemático.

La mochila pedagógica, que incluye la investigación permanente para el diseño de guías y materiales didácticos de diversa índole y que están articulados al modelo.

Encuentros etnoeducativos e interculturales, en donde se tienen en cuenta los lineamientos curriculares y los principios del modelo: comunicación dialógica; relación teoría-práctica; aprendizaje situado; enseñar con alegría; enseñar para la autonomía; y competencia profesional.

Formación docente a través de jornadas que involucran la participación de líderes, sabedores de las comunidades y otros actores que alimentan el modelo.

El Sistema de Tanteo, a través del cual se hace evaluación y seguimiento de los procesos de maduración cognitiva humana y social de nuestros estudiantes, reconoce que el error es un detonante del aprendizaje.

Ver información adicional de la experiencia

Infografía que describe el proyecto comunitario del Bajo Atrato.